La narración de cuentos es una parte común de la vida.
Muchos niños y adultos cuentan historias diariamente a amigos, familiares o
compañeros de trabajo. Sin embargo, la narración puede ser más que un
pasatiempo social; sus beneficios en la escuela son numerosos. Los estudiantes
que cuentan historias mejoran sus habilidades de lenguaje, habilidades
sociales, creatividad y capacidad de aprendizaje. Tan temprano como en la edad
preescolar, los niños aprenden a contar historias y, aún a esa joven edad, sus
mentes se benefician de la narración de cuentos.
Lenguaje:
La narración se utiliza en las aulas para ayudar a los niños
a desarrollar habilidades de lenguaje oral. Los niños en edad preescolar
especialmente pueden beneficiarse de contar historias, ya que sus habilidades
lingüísticas no son lo suficientemente avanzadas para un aula formal. Por medio
de la narrativa de cuentos, los estudiantes aprenden a armar palabras y frases
en párrafos y oraciones lógicas
Comprensión:
La narración de cuentos puede enseñar a los niños a escuchar
y puede mejorar su comprensión de lectura. La capacidad de escucha se
perfecciona a medida que los niños tratan de dar sentido a los relatos de sus
compañeros.
Habilidades sociales:
En el aula, la narración puede utilizarse para ayudar a los
estudiantes a comprender el mundo que les rodea al enseñarles a crear mundos
complejos con personajes complejos. Los maestros pueden utilizar historias para
ayudar a los niños a entender el miedo, el amor, la amistad, la diversidad y
otros conceptos complejos que no se explicaron con facilidad.
Creatividad:
Los estudiantes que participan en la narración desarrollan
creatividad. La narración requiere que los estudiantes creen imágenes basadas
en las cosas que han visto o imaginado. Crear cuentos estimula la imaginación y
alienta a los niños a considerar el mundo que los rodea enseñándoles a combinar
conceptos familiares de nuevas y distintas maneras.